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tortugas

A la hora de la manipulación.

A la hora de la manipulación. Las tortugas son animales tranquilos y miedosos, por lo que no es difícil ocasionarles situaciones de estrés. Para impedirlo, no les gritaremos, no las zarandearemos y las cogeremos lo imprescindible para comprobar su estado de salud y para trasladarlas. No golpearemos los cristales ni paredes del acuario (esto es aplicable a casi todos los animales). Después de manipularlas, nos lavaremos las manos, puesto que las tortugas son portadoras de enfermedades como la salmonera, que puede ser mortal en niños y ancianos. Procuraremos no ponerlas boca arriba, por que, en esa postura, no pueden respirar. Es de sentido común que no las dejaremos boca arriba y que, si las encontramos en esa posición, les daremos la vuelta enseguida. Las tortugas son animales con un metabolismo tan lento que tardan muchas horas en morir de asfixia, pero, si se quedan boca arriba, lo acaban haciendo. Odian que les tiremos de las patas o la cabeza, por que, aunque solo queramos verlas, su instinto les dice que lo que queremos es hacer una exquisita sopa con ellas. Así pues, las tomaremos siempre del caparazón. Ojo con los machos adultos, que pueden hacernos, con las uñas, heridas que, si no las curamos, pueden infectarse.

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